Sin Enzo Francescoli (figura del campeonato ganado en la temporada 85/86), transferido al Racing de París tras el Mundial de México, ni Luis Amuchastegui (de gran rendimiento), el Bambino pudo mantener la base que ganó el título local para jugar la Libertadores. Llegaron como refuerzos el puntano Juan Gilberto Funes, un delantero que había aparecido en los Torneos Nacionales (Estudiantes San Luis y Gimnasia Mendoza) y venia de ser el goleador del campeonato colombiano con Millonarios de Bogotá, y arribó otro delantero. Antonio Alzamendi, con pasado en varios equipos del continente y la selección uruguaya.
Desde lo futoblístico, ese River, fue distinto a muchos conjuntos de la historia millonaria. En un principio, su juego no cautivó a los hinchas de paladar negro porque no se distinguía, ni por la posesión del balón o la estética de su fútbol que no era el que pregonaba la tradición. Era un equipo contragolpeador, muy ordenado tácticamente, letal en ataque con la velocidad de Alzamendi y Centurión y el sello distintivo fue su Personalidad para ganar en todas las canchas. Así como en el torneo local dió la vuelta en la Bombonera, en la Libertadores ganó en los tres países donde se presentó.
Virtudes y Características de River 1986
La personalidad de los campeones mundiales de México 86: Nery Pumpído, Oscar Rugeri y Héctor Enrique, fue un elemento clave para los de Nuñez. Y si remarcamos " La Personalidad", no podemos omitir a otro mundialista, el Tano Nelson Gutiérrez (selección Uruguay), de gran aporte a esa estructura de equipo.
Los altos rendimientos individuales también fueron muy importantes. Dos delanteros atravesaron su mejor momento en el fútbol durante la Libertadores 1986. El goleador Ramón Centurión fue uno, y por su puesto, Juan Gilberto Funes el otro. Centurión conformó una sociedad de ataque muy eficaz con Alzamendi en casi todo el torneo, y Funes reemplazó al santafesino que no pudo estar en las finales contra el América de Cali. Gracias a sus goles, Juan Funes quedó en la historia grande de River Plate. Incluso, fue convocado por Bilardo para la Copa América del 87 disputada en nuestro país y es el más recordado por todos hinchas cuando se habla del 86. Los momentos en el fútbol son muy especiales. Y si se los aprovecha, pueden convertirse en eternos, como sucedió con el oriundo de San Luis.
A la personalidad de conjunto y los momentos puntuales de algunos elementos, se suma la mística riverplatense de Américo Rubén Gallego y Norberto Alonso. Si bien, ambos estaban en el epílogo de sus carreras, tuvieron un buen torneo, especialmente el Beto, autor de tres goles, uno en la final de ida jugada en el estadio Pascual Gerrero de Cali ante el América. La impronta millonaria que el Tolo y el capitán Beto, (hombres de otra generación) le dieron fue trascendental.
Y a la personalidad, al momento y la mística, se agrega lo que no puede faltar en un equipo campeón. Jerarquía . La calidad de Antonio Alzamendii fue el punto más alto del 86. En su paso por el club (1986-1988), Alzamendi fue la gran figura de River. Por lejos, el jugador más de termínate. Dos meses después, anotó el gol en la consagración Intercontinental ante el Steagua de Rumania. A 29 años, los reconocimientos históricos para el Charrúa no han estado a la altura de los merecimientos. Decir que Alzamendi fue a Riverl 86 lo que Mora al River 2015, es la primer analogía que se nos ocurre a quienes hacemos el SuperDeportivo . Lógicamente, ubicamos a don Antonio varios escalones arriba
Otro que nunca más volvió a la institución (como Alzamendi) fue Héctor Rodolfo Veira, entrenador que conformó uno de los mejores equipos de todos los tiempos en River, y lógicamente, su impronta fue un sello en aquél campéon.
Los defensores Gordillo y Montenegro, los volantes: Morresi, Troglio, Patricio Hernández y los delanteros Claudio Caniggia y el nogoyaense Roque Raúl Alfaro, fueron parte del golorioso plantel que llevó por primera al Club Atlético River Plate, a la cima del fútbol continental.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario