El Hipódromo de White ocupaba una extensión de 16 cuadras y disponía de tribuna para público. En 1866, una tormenta de Santa Rosa arrasó con la construcción y sus directivos buscaron otro lugar para un nuevo asentamiento. Encontraron un predio de 67 hectáreas en el que inauguraron en 1867 el famoso Hipódromo Argentino de Palermo.
El terreno del Hipódromo de White pasó por diversas manos hasta que la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires promovió un juicio contra la sociedad que lo regenteaba.
Lo curioso del antiguo hipódromo viene ahora. La pista tenía dos rectas paralelas a la actual avenida Lidoro Quinteros, mientras que la actual calle Victorino de la Plaza, curiosa arteria en forma de U, ubicada en el ángulo de las avenidas Monroe y Libertador, no hace más que respetar el trazado de la antigua pista. Es más, la tribuna Sívori del Monumental coincide casi exactamente con la curva opuesta del hipódromo, con lo cual podríamos decir que todo lo que podemos ver en la actualidad tiene una marcada presencia de las instalaciones levantadas hace más de 150 años, ni más ni menos.
Hacia 1935 se sabía que River no iba a poder prolongar por mucho tiempo la ubicación del antiguo estadio de avenida Alvear y Tagle, ya que los terrenos no pertenecían al club y el contrato de alquiler no le sería renovado. El problema era grande dado que allí River Plate no solo tenía un importante estadio para esa época, sino que además poseía muchas instalaciones deportivas anexas destinadas a los socios, tal como ocurre en la actualidad. Esas instalaciones sirvieron en parte para captar un gran número de asociados dada su comodidad e infraestructura. Tal como estaba previsto, fue desalojado de esta ubicación en 1937, pero el club ya había puesto en marcha en 1934 algo mucho más grande
Fue un visionario llamado Antonio Vespucio Liberti quien sugirió comprar los terrenos en donde hoy se encuentra el Monumental. Muchos lo trataron de loco e irresponsable, dado que lo que él proponía parecía una quimera. Liberti quería construir el estadio que según su criterio, River merecía, y había observado ese espacio abandonado, considerándolo apropiado para llevar adelante su sueño. Los problemas que trajo su idea fueron muchísimos, a punto tal que costó mucho convencer a otros directivos de la factibilidad de un proyecto que parecía una auténtica utopía. Más de uno sostenía que era una locura tratar de hacer semejante estadio en terrenos pantanosos y ganados al río, debido a los problemas que estas características acarrearían. En pocos años cambiarían de opinión al ver como el hormigón avanzaba a paso firme.
Lo que pocos saben es que la ciudad de Buenos Aires creció de sur a norte, merced a la entrada de numerosos barcos por el puerto de La Boca, en donde además se instalaron barrios obreros muy precarios. A medida que se avanzaba al norte de este barrio, se podía encontrar una Buenos Aires mucho más despoblada y habitada por las clases medias y altas, y yendo más al norte aún, la ciudad casi que era un desierto, a punto tal que los terrenos donde hoy se posa el Monumental habían quedado casi abandonados, convertidos en un pantano, y con considerables restos de basura en los márgenes cercanos al río.
Finalmente y luego de muchas negociaciones, River adquiere un préstamo del gobierno a través del Banco Hipotecario Nacional, dado que la idea de construir un estadio que pudiese ser considerado como el estadio nacional, pero que estuviese manejado por un club como River Plate en lugar de estar en manos del estado, sedujo a los gobernantes, quienes dieron el visto bueno. Anteriormente a eso, el club adquirió los terrenos en cuestión a un valor de 11 pesos el metro cuadrado. River compró alrededor de 5 hectáreas y la Municipalidad de Buenos Aires donó otras 3,5 hectáreas, que son en definitiva las 8,5 que el club posee en la actualidad.
En 1934 el club llama a concurso nacional de anteproyectos para la construcción del Monumental. La idea era simple: diseño de un estadio con pista de atletismo, completamente construido en hormigón armado, con instalaciones deportivas anexas tanto en el interior como el exterior del mismo, y que contemplara la posibilidad de llegar a una súper capacidad de 120.000 espectadores. En aquella época los juegos olímpicos eran mucho más populares que los mundiales de fútbol, de allí la necesidad de incorporar una pista de 400 metros alrededor del campo, con la esperanza de poder albergar dicha competencia internacional. Algo que nunca ocurriría…
El 1 de diciembre de 1935 en asamblea extraordinaria se presentaron ante los socios los planos aprobados del estadio, planos definitivos, con la reseña de los trabajos a realizarse.
El concurso fue ganado por los arquitectos José Aslan y Héctor Ezcurra, con la ayuda del dibujante Fidias Calabria, lo que significó una marca de por vida en la historia de este afamado estudio de arquitectura, encargado de casi todas las remodelaciones.
Cuando se diseñó el Monumental el proyecto original constaba de cuatro grandes tribunas. Como el dinero del préstamo bancario no alcanzó para levantar la totalidad de las gradas, quedó el estadio con forma de herradura. El mito popular cuenta que mucha gente siempre creyó que la forma de herradura era la estructura definitiva del Monumental, formando la famosa “ventana al Río de la Plata”. Incluso creyeron que la construcción de la actual tribuna Sívori, comenzada con la venta de éste jugador en 1958 y concluida en 1978 en ocasión del Mundial, era un agregado que no figuraba en el proyecto original. Nada más alejado de la verdad.
La cuarta tribuna siempre estuvo en el proyecto original, no fue un agregado ni nada parecido. Simplemente no se construyó en su momento por falta de dinero, pero siempre estuvo contemplada, a contramano de lo que muchos pensaban.
Las cuatro tribunas del Monumental tenían nombres diferentes a los actuales. Salvo la tribuna Centenario, llamada así porque la avenida Figueroa Alcorta llevaba ese nombre hacia 1938, el resto no era llamado como ahora. La tribuna Belgrano se denominaba Río de la Plata, porque la actual avenida Udaondo llevaba ese nombre, mientras que la tribuna San Martín era simplemente la Oficial, destinada a personalidades, autoridades y socios. La tribuna Sívori iba a llamarse Colonia, algo que no llegó a ocurrir dado que recién se levantó 20 años después de la inauguración de nuestra casa.
La primer tribuna del Monumental en ser construida fue la actual San Martín. Luego se realizó la Belgrano, quedando en medio de ambas el espacio para hacer las tribunas Colonia (Sívori) y Centenario. Por ende, esta última fue la tercera en ser levantada, y su finalización derivó en la inauguración de la Catedral del fútbol argentino hacia 1938.
Esta es de octubre de 1937, mientras que la anterior data de marzo de ese mismo año. Noten la velocidad de ejecución de las obras. En pocos meses, ya la tribuna San Martín aparece terminada, la Belgrano está en un 50% y ya han comenzado los trabajos de realización de las bases de la Centenario. Miren con detenimiento y verán las excavaciones en la zona de esta última tribuna. Pertenecen a las fundaciones de dicha grada. De cada pozo, emergen los primeros tramos de columnas que apoyan en grandes pies de hormigón armado.
Al mismo tiempo, ya se ve con claridad que la pista de atletismo y el campo de juego están casi listos.
Sobre las espaldas de la tribuna Belgrano aparecen nuevamente las grúas que se veían en la San Martín. Los alrededores del estadio están colmados de encofrados, herramientas primitivas y materiales de construcción. Parece zona de desastre, pero no lo es. Estaban levantando una obra de arte…
Una foto fantástica. Estimo que será de diciembre de 1937 o enero de 1938. Una vista aérea de excelente calidad. Se ven claramente las tribunas San Martín y Belgrano totalmente terminadas, mientras comienza a levantarse la Centenario. Está más que claro que las dos primeras tribunas mencionadas fueron las que se construyeron inicialmente, casi de forma simétrica. La tribuna Centenario vino a cerrar la herradura, pero fue la última en levantarse. En la imagen se ve con claridad cómo emergen del suelo las columnas de sostén de esta grada, y al mismo tiempo, los primeros escalones de sus niveles inferiores. Alrededor del estadio, un desierto. El Barrio River que no existía. Solo se perciben las avenidas Figueroa Alcorta, Udaondo y Lidoro Quinteros. Nada más. El vecindario lindero al Monumental crecería gracias al Monumental. Un estadio que se levanta en el medio de la nada, dos tribunas terminadas y una tercera por terminar, un campo de juego nivelado y listo, una pista de atletismo de 400 metros... Una bestialidad para esa época.
Por último, tres imágenes del Monumental terminado.
Las mismas datan de fines de la década del 30 y principios de la del 40.
Podrán ver un estadio totalmente virgen de publicidades (como debería ser, ya que las obras de arte no deben ser arruinadas con carteles), repleto en cada rincón, con el detalle de pequeñas banderas en su terminación superior, que fueran colocadas para su inauguración. Además, un detalle interesante... La viga de borde que forma el contorno superior de las tres tribunas construidas hasta ese momento, es de una altura menor a la actual. Por razones de seguridad, se duplicó dicha medida, ya que como habrán visto en varios partidos, a la gente le gusta subirse al borde superior a riesgo de jugarse la vida. Con un público civilizado, ese detalle del diseño original no debería haberse modificado. Pero acá, público civilizado hay muy poco...
Por otro lado, se aprecia claramente que los niveles superiores de las tres tribunas estaban destinados a espectadores parados.
La simetría entre estas tribunas es relativa, ya que el módulo central de la San Martín es aproximadamente unos dos metros más grande que el de la Belgrano, algo que se ve clarito en cualquier foto de frente a las gradas.
Los espacios entre columnas externas del Monumental tienen aproximadamente 8 metros de extensión, mientras que el espacio central que mencioné en la San Martín debe tener alrededor de 10 metros.
Esto genera que el campo de juego no esté centrado respecto de la Puerta Maratón de la tribuna Sívori.
Es decir, el eje del campo de juego está desfasado hacia un costado permitiendo que la pista de atletismo pueda caber en un diseño de tribunas oval que es más pequeño que el que estaba proyectado originalmente.
Si uno se para en la tribuna Centenario alta, en la última fila y en el centro, verá claramente que la Puerta Maratón no está centrada respecto al eje del campo de juego.
El diseño original del Monumental consistía en una elipse más grande que la que se construyó. Por eso, para que pudiera caber la pista atlética, se desfasó unos metros el eje del campo y se acortó la recta de la pista, que debería ser más larga.
En el diseño original del estadio, el eje del espacio vacío entre tribunas debía coincidir con la esquina del corner y el centro de la pista en su lado externo, cosa que hoy no ocurre. Ahí se ve clarito que la elipse del Monumental es más corta que la original. Seguramente se habrán acotado los costos con esta medida.
Para que todo quede más claro, voy a agregar una imagen del proyecto original que data de 1934. Un dibujo hecho por los arquitectos que ganaron el concurso. Ahí podrán ver todos los ejes que mencioné en su diseño primitivo, y no como se ven en la actualidad.
El Monumental comenzó a construirse el 27 de septiembre de 1936 y se inauguró oficialmente el 25 de mayo de 1938, con lo cual la obra demandó poco más de dos años, tiempo récord para semejante estadio con las técnicas primitivas con las que se trabajaba.
La capacidad original del Monumental, con las cuatro tribunas terminadas, rondaba los 150.000 espectadores, siempre y cuando estuvieran todos de pie.
Cada tribuna podía contener entre 30.000 y 40.000 personas, todas de parado, como ocurre en las tribunas populares.
De hecho, todo el anillo superior del estadio estaba destinado a espectadores de pie, ya que, tal como ocurría en el Coliseo de Roma, edificio inspirador de nuestra casa, la gente que ocupaba esos lugares era la que pertenecía a las clases sociales más bajas. Es decir, cuanto más arriba te mandaban, menos nivel social tenías.
Es por eso que el Monumental podía contener tanta gente, ya que las tribunas con asientos no eran mayoría, sino todo lo contrario.
Antes del Mundial 78, la capacidad rondaba los 90.000 espectadores, número que se redujo ostensiblemente con la colocación de asientos. Es que en este caso la cuestión es simple: un espectador sentado ocupa más del doble de la superficie que un espectador parado. Por lo tanto, en una tribuna para 20.000 espectadores de pie, como la Centenario alta, el número de asientos ronda los 9.000, menos de la mitad.
Hoy día se dice que la capacidad ronda los 65.000 asientos, aunque haya sectores sin butacas. Lo real, es que en la actualidad, no creo que ese número supere los 60.000 lugares. Hay que tener en cuenta que se redujo la capacidad de la tribuna Belgrano media con los nuevos sectores de prensa y los palcos VIP, y lo mismo ocurrirá si se construyen los palcos en la Centenario media. Se gana en comodidad pero se reduce la capacidad. Por ello, considero que el número de espectadores más razonable ronda los 60.000.
Quitando la pista de atletismo esa capacidad aumenta considerablemente, pero no es menos cierto que es un proyecto muy caro y habrá que ver si es realmente factible. Si mis cálculos no fallan, se debería llegar a 70.000 espectadores sentados, o incluso algunos más, depende la propuesta arquitectónica.
Lo cierto es que nuestro estadio necesita un lifting total.
No alcanza con una manito de pintura. Eso es solo maquillaje.
No olviden que la última gran remodelación se hizo entre 1976 y 1978... hace 35 años.
Para aquellos que tienen curiosidad por saber cómo era nuestro amado Monumental antes de la remodelación total de cara al Mundial 78, acá les dejo una imagen inédita.
Podrán ver la famosa herradura totalmente cerrada, pero sin la tribuna Sívori alta.
Estimo que es una imagen de 1975, aproximadamente, ya que desde 1976 en adelante el estadio se cerró para ponerlo a punto por completo y River debió jugar todo el torneo fuera de su casa.
La tribuna Sívori media y baja, que se aprecia en la foto, y cierra la famosa "ventana al Río de la Plata", fue levantada hacia 1958, con el dineral de la venta de Enrique Omar Sívori a la Juventus de Italia
River ha demostrado con hechos inigualables su grandeza sin paralelo, y uno de esos acontecimientos es el motivo de este post, el estadio Monumental.
Una vez, el gran Adolfo Pedernera, dijo que la construcción de nuestra casa había sido "el gran paso del Gigante", el alusión a River. Y que en un lugar donde solamente había un pantano y más allá, una pocas casitas, habíamos levantado "semejante estadio".
Un estadio que fue el más grande de Sudamérica hasta la construcción del Maracaná, en 1950. Casi nada...
Sin lugar a dudas, el momento más brillante en la historia del Monumental tiene que ver con el Mundial 78. Para esa ocasión, el estadio fue remodelado a nuevo, con la inclusión de la construcción de la tribuna Sívori alta y las escaleras externas (llamadas exentas), sumado a la nueva estructura de luces en forma de corona, que lleva el nombre de banda luminosa.
Ver fotos de esa época hace que uno tenga ganas de llorar. Sobre todo en estos tiempos en donde se está maquillando lo poco que queda en pie de nuestra casa de cara a la final de la Copa América. Y digo maquillaje, porque es ampliamente sabido que al Monumental, para ponerlo 10 puntos, hacen falta invertirle no menos de 10 millones de dólares. DÓLARES, NO PESOS. Se dice que se invirtieron 5 palos verdes para esta remodelación, pero aun así queda muchísimo por hacer.
Para que tengan una idea cabal de lo que significa remodelar a nuevo nuestro estadio, nada mejor que ver cuánta cantidad de materiales se usó para vestirlo de gala de cara al Mundial, tarea realizada durante los años 1976 a 1978, a cargo del ENTE AUTÁRQUICO MUNDIAL 78 (EAM 78)...
- 100.000 litros de pintura en colores rojo, verde, anaranjado, ocre y blanco tiza
- 20.000 metros cúbicos de arena
- 8.000 metros cúbicos de hormigón
- 12.000 metros cúbicos de piedra
- 5.000 metros cúbicos de cemento
- 5.000 metros cúbicos de canto rodado
- 1.500 toneladas de hierro
- 20.000 metros cuadrados de revestimientos
- 18.000 metros cuadrados de cerámicas
- 20.000 metros cuadrados de goma, madera, alfombras y elementos aislantes y aleatorios para los pisos externos e internos
Como verán, remodelar nuestro estadio es como darle de comer a un monstruo.
Demás está decir que muchas tareas realizadas en los 16 meses de trabajo, entre los años 76 al 78, no serán necesarias en caso de una actualización del Monumental, como renovar las estructuras de hormigón armado de tribunas, escaleras y pantalla gigante, como así también los sistemas de iluminación, que salvo algunos reflectores quemados, no requiere mayor atención.
En cambio, hay otras tareas por hacer...
Reemplazar las butacas de madera, históricas por cierto, que datan de 1938, y otras, de 1958, y que podrían ser subastadas para obtener recursos para cambiarlas por asientos con respaldo, como los que se usaron durante la remodelación para el Mundial en las tribunas San Martín y Belgrano altas. Quitar toda clase de alambrados perimetrales, sabiendo que el Monumental fue diseñado para NO TENERLOS. Pintar el interior y el exterior, con un diseño coherente, no como el actual, que fue encargado por Aguilar a ¡¡¡una artista plástica!!!, como si supiera de arquitectura. Utilizar la pintura adecuada y los colores más duraderos, teniendo en cuenta el uso intensivo de nuestra casa. Sellar definitivamente las juntas del hormigón de las tribunas, así cuando llueve dejamos de tener filtraciones. Remodelar los baños a nuevo. Mejorar la iluminación en accesos y bajo tribunas. Y tantas cosas más... Y eso que no estoy teniendo en cuenta la posiblidad concreta de quitar la pista de atletismo, inutilizable, para agregar tribunas que aumentarían la capacidad del estadio en no menos de 10.000 espectadores. Esto, sería un gasto extra...
Un trabajo bestial. A 33 años de su última remodelación total, esto demuestra lo obsoleto que esta nuestro estadio, por más que nos siga pareciendo hermoso por el hecho de ser nuestro. Viéndolo con ojos de arquitecto, hoy por hoy, el Monumental te genera una tristeza incalculable. ¿Acaso hay alguien que no desee ver su casa en las mejores condiciones? Pero es tanto lo que se han robado que cualquier mejora en nuestra casa deberá esperar. Mientras tanto, confórmense con el arreglito que nos hizo la AFA para la final de la copa...
Como siempre creeré que el Monumental alcanzó la cima de su belleza de cara al Mundial 78.
Obtener el primer permio en el concurso organizado por el Club Atlético River Plate, en 1935, significó para el estudio el primer trabajo de gran magnitud. El equipo proyectista estaba integrado por los arquitectos titulares del estudio con la colaboración del dibujante Fidias Calabria. A partir de este concurso, el estudio fue recibiendo los sucesivos encargos de trabajo que,se detallan.
1935
Concurso.
1937
Construcción.
1958
Construcción parte baja de la cuarta tribuna.
1968
Oficinas de administración.
1972
Alojamiento jugadores.
1976
Proyecto para el estadio polideportivo cubierto.
1977
Concentración jugadores.
1977
Adaptación del estadio para el Mundial '78.
Extracto de la memoria descriptiva publicada en la revista «La ingeniería» en 1938.
El análisis del concurso fue publicado en la misma revista en diciembre de 1935.
La estructura es el resultado constructivamente lógico y económico de los elementos directivos que entraron en la composición del proyecto y que son aproximadamente los siguientes:
1. Superficie útil de grada para los espectadores -evidentemente su aprovechamiento no admitía columnas que entorpecieran las visuales. De ahí el gran voladizo de una grada sobre la otra.
2. Accesos y circulaciones a distintos niveles. Estos debían ser independientes del edificio bajo gradas; de ahí nacieron las escaleras externas en torre o en voladizo.
3. Edificio bajo gradas -constituido por un sistema común de losa de entrepiso y columnas verticales-de donde nació el tipo de pórtico recto.
4. Estadios menores bajo gradas, que imponían ambientes de libre visibilidad o sea pórticos de luz igual a los anteriores en su parte superior y de gran luz libre en su base.
Se llegó así al diseño de dos formas típicas de pórticos, según cubrieran en la tribuna edificios comunes con entrepisos, o grandes ambientes deportivos. El primero descarga la grada alta sobre dos pilares verticales. El segundo sobre dos pilares porticados en arco o mejor dicho en «V» invertida con 25 m de luz libre sobre su base.
Descripción general resumida de la obra.
Abarca ésta las siguientes instalaciones:
1. El gran estadio para fútbol y atletismo, órgano central y elemento dominante de la composición.
2. El edificio central del CARP con sus instalaciones sociales, deportivas y administrativas, totalmente bajo la tribuna oficial.
3. lnstalaciones deportivas, comprendiendo canchas abiertas ubicadas en el campo de deportes anexo y estadios menores para torneos especializados, ubicados unos en el mismo campo de deportes y otros bajo la tribuna Centenario, anexa a la oficial, como rama deportiva del edificio social del club.
El estadio propiamente dicho consta de 4 tribunas de 30.000 a 40.000 personas de capacidad cada una, de las cuales se construyen 3 y que se destinan a albergar los siguientes locales:
1. La oficial, el edificio social sobre el campo de deportes.
2. La Centenario, sobre la avenida del mismo nombre, las instalaciones deportivas a cubierto.
3. La Río de la Plata, sobre la otra avenida, estacionamiento de vehiculos del público en general.
4. La Colonia, al norte, que no se construye actualmente, lleva las dependencias generales y talleres para el club.
Cada tribuna puede pues mover dos públicos distintos desde el nivel de la calle; uno interior a las instalaciones cubiertas y otro general o del estadio, hasta su superficie exterior de gradas.
De esta manera se puede llegar a la siguiente situación que resulta interesante y novedosa. En un momento dado pueden disputarse simultáneamente en el estadio torneos distintos albergándose en la misma tribuna los distintos públicos que tendrán sus accesos y circulaciones de tal manera que no se mezclen entre si. Tal el caso de la tribuna Centenario que puede albergar simultáneamente, para espectáculos propios de sus pequeños estadios y canchas interiores de tenis, basquet, natación y pelota, hasta 20.000 espectadores en total y, para espectáculos propios del estadio, 35.000 espectadores en su gradería superior.
Se comprende que para esto ha sido necesario que las circulaciones y salidas del público grueso del estadio se desenvolviera exteriormente a los edificios internos y sus accesos.
Cada tribuna tiene, pues, su servicio propio de boleterías y salidas.
-24 boleterías a razón de 1m. cada una con bretes que introducen al público en un movimiento circulante ordenada y 3 bocas de salida, con un desarrollo total de 40 mts. a razón de 1m. por cada 1.000 espectadores.
Estas dimensiones han sido calculadas en base a coeficientes de trabajo producto de la experiencia, para conseguir los siguientes resultados:
Llenado total del estadio en 1 hora y media. Vaciado total en 20 minutos. Para facilitar esta evacuación se rodeó todo el estadio con una calle privada que recibe todo el público y lo vuelca sobre las dos avenidas públicas confluentes.
Las boleterías poseen una mesa de cemento con cajas de forma y ubicación diversas de acuerdo a su función de depósitos para monedas distintas o papel moneda.
La gran cancha central de fútbol del estadio está rodeada por una pista de atletismo de 400m similar a la olímpica de Berlín.
Los desagües de la cancha desembocan conjuntamente con los desagues pluviales generales de la tribuna sobre un foso colector que rodea la pista de atletismo, sirviendo además de valla natural para el público. De esta manera se han suprimido los antiestéticos alambrados de contención del público, mal llamados olímpicos.
Las gradas están divididas en categorías que se seleccionan y apartan desde la calle. Los distintos sectores no pueden mezclarse posteriormente entre si, por la división natural entre grada alta y baja y la separación entre las tribunas.
Las gradas responden en su perfil general al cálculo de visibilidad y en su forma particular a tres tipos distintos, determinados de acuerdo a su función ulterior y valor de venta.
Remodelación y ampliación de cara al Mundial 78
El proyecto de la remodelación y ampliación tuvo como objetivo principal no alterar las caracteristicas básicas del estadio.
La estructura existente se ha adecuado a los requerimientos de un espectáculo del tipo y magnitud exigidos por el Mundial '78.
Las obras realizadas comprendieron la construcción del sector alto de la tribuna Almirante Brown y tres juegos de escaleras exteriores para resolver los problemas de acceso a dicha tribuna.
Con esta ampliación la capacidad del estadio se extenderá a 74.650 espectadores.
Se han contemplado además instalaciones para la prensa escrita, radio y televisión que incluyen cabinas para transmisión y para equipos de TV; pupitres equipados con micrófonos y monitores en las tribunas, salas de conferencias, entrevistas, etcétera, y sala de prensa, con capacidad para 600 periodistas con servicios de teléfono, telex y telefoto. Estas instalaciones básicas que se han ubicado en la tribuna General Belgrano en un entrepiso nuevo, y parte en la tribuna Almirante Brown, se complementan con dos cafeterías para el sector: tienen además accesos diferenciados desde el exterior por medio de cuatro ascensores de gran capacidad, para su uso exclusivo.
Para los jugadores se han previsto vestuarios con sala de masajes, sala de reposo y servicios médicos: dos para jugadores del partido principal y dos para los del partido secundario. Cada grupo (principal y secundario) tiene un lugar para precalentamiento. Los vestuarios para árbitros se han trasladado de la tribuna General San Martin a la planta baja, a nivel acceso y comunicándose por túneles con el campo de juego.
Para las autoridades se ha dispuesto una nueva sala de estar con sanitarios y servicios propios de cafetería y bar. El acceso al sector se realiza por dos ascensores de gran capacidad. Los servicios generales para público se han ampliado incluyendo nuevos bares y sanitarios ubicados en posiciones estratégicas.
El servicio médico para público se organiza a través de doce puestos distribuidos en las cuatro tribunas y en los tres niveles fundamentales enlazados entre si y con la central médica ubicada en la tribuna General San Martín.
Los accesos para público se han modificado de acuerdo con el caudal del mismo, instalándose portones antiavalancha en los accesos, a fin de asegurar la evacuación del estadio en caso de accidente.
En el campo de juego se ha realizado una renovación total de todas las capas inferiores del mismo y se ha instalado un sistema de riego automático. La iluminación, factor fundamental para uso nocturno del campo de juego, está prevista para filmación de video en colores, para la cual se han instalado dos cintas luminosas sobre las tribunas laterales con la consecuente modificación, de la iluminación de tribunas, escaleras y accesos para obtener un nivel adecuado coherente con el nivel de iluminación del campo de juego. También se ha contemplado la iluminación exterior del estadio y del campo auxiliar.
A principios de la década del 70 ya se sabía que en 1978 la Copa del Mundo se jugaría en nuestro país, y por aquellas épocas no había ningún estadio que se pareciese al nuestro y que por consiguiente, amenazara su supremacía frente al resto. Por ello, pocos dudaban que éste sería la sede de semejante evento.
Sin embargo, del otro lado de la vereda, se encontraba un presidente bostero que, según cuenta la leyenda, siempre vivió al filo de la ley. Alberto J. Armando, quien estuvo SOSPECHADO de ser responsable de muchos de los campeonatos perdidos por River en los fatídicos 17 años ARREGLANDO a los árbitros, sobre todo para que el Millonario no pudiera ser campeón cuando Boca tampoco podía serlo, no toleró que el acontecimiento más importante del planeta tuviera su sede oficial en el barrio de Belgrano, en nuestro amado Monumental.
Fue así que ideó la construcción de un nuevo estadio, en terrenos que se ganarían al río en la zona de la actual reserva ecológica de Buenos Aires, con capacidad para 150.000 personas, y de esa forma, arrebatarle el cetro a River como sede del mundial. Pero la cosa no era tan sencilla ya que antes había que rellenar los terrenos, cosa que finalmente se hizo, formando un conjunto de 7 islas que constituían la Ciudad Deportiva bostera, teniendo en la última de ellas, como broche de oro, la Superbombonera.
Esta iba a ser la gran amenaza para el Monumental. Como verán, arquitectónicamente, era una mezcla entre el Estadio Azteca de México y el Nou Camp, del Barcelona. ¿Un delirio o una posible realidad?
Armando solía tener ideas y comentarios delirantes, como por ejemplo, pretender colocar la bandera de Boca en la Luna (sí, leyeron bien...). En plena época de los viajes de las misiones Apollo, este señor creyó que algún astronauta llevaría un trapo azul y amarillo al espacio... ¿Cómo un tipo así no iba a imaginar un superestadio donde era imposible construir?
Lo que nadie dice es que Armando tuvo ayuda política para tal emprendimiento. Y fue ni más ni menos que el Presidente de la Nación Agustín Lanusse, GOBERNANTE MILITAR DE FACTO Y FANÁTICO BOSTERO, el que adhirió a su iniciativa (parece que Boquita sabe de este asunto de ayudas militares para levantar estadios... por eso acusa a River de lo mismo). Y fue así que la Ciudad Deportiva fue creciendo, teniendo una superficie de 60 hectáreas contra las 40 originales. El delirio avanzaba, pero algo andaba mal...
Armando hizo rifas, vendió bonos y todo lo que sea para recaudar fondos para levantar el estadio soñado. Sin embargo, el templo bosteril, que iba a ser inaugurado el 25 de Mayo de 1976 a las 11 de la mañana (otra vez Boquita copiando a River, en este caso en la fecha inaugural de un estadio...), terminó siendo la mentira más grande de la historia del fútbol argentino. Los sucesivos cambios de gobierno de aquellas inestables épocas políticas hicieron que el apoyo que Lanusse le había dado, se diluyera con el tiempo, a punto tal que cuando llegó el día señalado para la inauguración, solo se había levantado UNA TRIBUNA DE 30 METROS DE LARGO Y 8 ESCALONES DE ALTO. Un fiasco total.
El superestadio no se levantó jamás, la gente que invirtió dinero lo perdió, y el Mundial 78 tuvo su merecida sede en donde todo el mundo sabe: EL ESTADIO MONUMENTAL.
Yo no se si Armando conspiró contra River como tantos lo sostienen, ni tampoco se si vivió con tantos problemas con la justicia como se cuenta cada vez que se habla de él. De última, ya no está entre nosotros y de qué se lo puede culpar... Pero, en el caso que estas sospechas sean ciertas, lo mejor que se le puede obsequiar a alguien así es una imagen, la que nunca quiso ver, la que debe haber sufrido como nadie: UNA FOTO DEL 25 DE JUNIO DE 1978, EN EL BARRIO DE BELGRANO, SACADA ALREDEDOR DE LAS 4 DE LA TARDE.
¿Por qué Liberti pudo levantar el Monumental en terrenos ganados al río y Armando no pudo?
dijo:La respuesta es simple.
Los terrenos que ocupa el Monumental habían sido ganados al río más de 50 años antes de la construcción de nuestro estadio, mientras que la Ciudad Deportiva bostera estaba en pleno proceso de rellenado para ganar ese espacio a la costa. Es decir, los terrenos que ocupa nuestro estadio estaban asentados desde mucho antes, mientras que los que rellenaba Armando aun eran muy inestables por falta de asentamiento, y por ende, poco apropiados para construir estructuras de gran porte. Más allá del apoyo político mencionado, y del dinero que pudiera tener para levantar su contenedor de bosta, la naturaleza le iba a jugar en contra, tarde o temprano. ES QUE LA NATURALEZA ES SABIA...
Armando cometió un error histórico, tal vez porque el delirio de semejante proyecto se le fue de las manos: construyó todas las áreas deportivas y recreativas de la Ciudad Deportiva ANTES de levantar el estadio, mientras que el sabio de Liberti levantó el Monumental y LUEGO fueron creciendo los sectores destinados al socio en torno al estadio.
Es decir, Armando hizo el proceso inverso al de Liberti. Y eso lo condenó.
Pero más allá de esto, tengo muchísimas dudas que el presidente bostero pudiera realmente levantar su Superbostanera aun con el dinero y el apoyo para hacerlo, ya que en terrenos recién ganados al río es muy complicado construir, ya que los mismos necesitan asentarse, sobre todo para sostener una mega estructura.
Tal vez hubiera sido más simple que Armando buscara un terreno ya existente en lugar de ganar espacio al río, pero da la sensación que de alguna manera, Boca quiso copiar a River en este asunto de TENER UN GRAN ESTADIO VENCIENDO LA BATALLA CONTRA EL RÍO DE LA PLATA...
¿Otra copia más, Boca?
¿Nunca una idea propia?
GRACIAS LIBERTI POR SER TAN VISIONARIO Y TAN SABIO
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