Siempre queda un sabor amargo cuando un jugador querido y que nos da tantas alegrías se despide pero los hinchas de River Plate pudimos darnos en los últimos tiempos el gusto de despedir a 4 jugadores en la cancha. La fiesta de llenar la cancha para despedir a un jugador nos emociona tanto a los hinchas como al jugador y es también un vehículo para transmitir el sentimiento a los más chicos. La cancha estaba llena de familia como pocas veces se ve, muchísimos chicos en brazos con madres y padres y ambos transmitiendo el orgullo y la felicidad por despedir a un jugador que tanto les dio.
Probablemente el Torito Cavenaghi no este a la altura futbolística de los anteriores (Alonso, Enzo y Ortega) y de alguno que se perdió la despedida por cuestiones del destino o por decisiones que lo llevaron por otros rumbos (Ramón, Gallardo, Aimar), sin embargo el Cavegol entró al corazón del hincha porque nos sentimos representados en su sentimiento por la camiseta y la cantidad de alegrías y tristezas que supo compartir con nosotros como un hincha más. Cavegol tuvo su fiesta, su homenaje (como él mismo lo definió ya que según dijo, no lo consideraba un partido despedida porque de River Plate nunca se irá) pero también la tuvimos los hinchas al poder disfrutar un ratito de ver a tantos jugadores que nos hicieron disfrutar de tantas tardes y noches (más algún jugador colado pero que debe ser amigo de Cavenaghi...), poder ver en un equipo a jugadores retirados como Enzo, Ortega, Gallardo, Aimar, Saviola y otros que aún pueden darnos la ilusión de volver (y ojalá estos partidos sirvan para lograr convencerlos) es un regalo magnífico. Estas fiestas cada vez tienen más tecnología, más profesionalismo pero espero que no se alejen del hincha, hubo mucha música con parlantes de gran potencia pero lo más interesante sigue siendo el sentimiento en el canto del hincha, en las banderas, en los rostros de todos los que podemos vivir y participar de estas fiestas. Ojalá se puedan dar más de estas fiestas (porque esto significará que se sigue construyendo una identificación y una historia gigante compartida entre jugadores e hinchas) y haya más jugadores que puedan ser parte de estas fiestas. El Lobo Ledesma, Saviola, Aimar, el Chori y especialmente Gallardo (mostró varias pinceladas y disfrutó muchísimo el partido) debieron sentir que fueron parte de un reconocimiento que ellos también hubieran querido tener y disfrutaron como algo propio cada caricia que el hincha entregó en sus cantos y aplausos interminables. fue el adiós al Torito pero esperemos que se pueda preparar para darnos alegrías mayores desde otros sitios como ya lo hicieron Labruna, Ramón y Gallardo. Salud Cavegol!!! Gracias eternas al Cavegol porque como se cantó ayer, ¨a Cavenaghi nunca lo vamos a olvidar...¨
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