El delantero, que padece un edema óseo en la rodilla izquierda, disputó apenas 14 partidos desde que llegó al Millonario y no juega desde julio.
La pesadilla no tiene final para Marcelo Larrondo. Después de haber realizado la pretemporada a la par de sus compañeros por primera vez desde que llegó a River y cuando parecía haber dejado atrás los problemas que lo tienen afuera de las canchas desde julio del año pasado, al mendocino otra vez se le vino el mundo abajo: este jueves se supo que el delantero padece un edema óseo por stress en su rodilla izquierda (la que lo tuvo a maltraer todo este tiempo) y su regreso a las canchas, ahora, es una incógnita.
Desde que llegó al Millonario, en julio de 2016, el jugador ya acumula nueve lesiones diferentes, que le permitieron disputar apenas 455 minutos distribuidos en 14 partidos en los 18 meses que lleva en Núñez. Su última aparición fue el 4 de julio del año pasado, en el triunfo 2-0 frente a Guaraní como visitante por los octavos de final de la Copa Libertadores, en el que hasta marcó su segundo gol con la banda roja. Desde entonces, todas fueron malas noticias.
Aquí, un repaso por todas las lesiones del atacante desde su arribo a River.
Septiembre 2016: Sinovitis en la rodilla derecha
Los problemas físicos de Larrondo no comenzaron en el Millonario, sino que se remontan a su etapa de Rosario Central: cuando llegó a Núñez, el mendocino no jugaba desde marzo de 2016 por una rotura del menisco externo, que lo obigó a pasar por el quirófano y luego derivó en un edema óseo que retrasó aún más su recuperación. De todos modos, tras realizar de manera diferenciada su primera pretemporada bajo el mando de Marcelo Gallardo, el delantero pudo debutar en la primera fecha del Campeonato 2016/17, el 28 de agosto. Sin embargo, finalmente volvieron los dolores: a mediados de septiembre, tras jugar contra Talleres en la segunda fecha, la zona operada comenzó a inflamarse nuevamente y el punta no volvió a jugar por un mes y medio, hasta que volvió el 5 de noviembre contra Estudiantes.
Diciembre 2016: La primera operación
Luego de su regreso, Larrondo pudo sumar rodaje durante tres partidos y finalmente tuvo su primera chance como titular el 4 de diciembre contra Independiente. Pero los dolores nunca habían desaparecido del todo y, tras ese encuentro contra el Rojo, la rodilla del delantero volvió a inflamarse. Por ese motivo, los médicos decidieron llevarlo al quirófano para realizarle una artroscopía y conocer el estado en que se encontraba el menisco. Así, se perdió los últimos tres encuentros del año y se movió de manera diferenciada durante buena parte de la pretemporada de verano.
Marzo 2017: Desgarro en el aductor derecho
La operación resolvió los problemas en la rodilla derecha y, finalmente, Larrondo pudo volver a jugar a mediados de febrero, cuando disputó dos amistosos, uno frente a San Martín de San Juan y otro contra Independiente Rivadavia de Mendoza. Sin embargo, la prolongada inactividad le pasó factura: a comienzos de marzo sufrió una rotura muscular en el aductor derecho que lo dejó afuera de las canchas durante todo un mes.
Abril 2017: Otra vez el aductor
Exactamente un mes después de lesionarse, el 2 de abril el mendocino estaba listo para volver y Gallardo decidió bajarlo a la Reserva para que comenzara a sumar rodaje. Sin embargo, en los trabajos precompetitivos anteriores al partido sintió una nueva molestia en la zona del desgarro y recién a fin de mes pudo reincorporarse al trabajo junto a sus compañeros.
Mayo 2017: Sobrecarga en el aductor izquierdo
El 6 de mayo, finalmente, Larrondo ingresó desde el banco a los 28 minutos del segundo tiempo de la goleada 4-1 sobre Temperley y sumó sus primeros minutos oficiales luego de cinco meses, tras aquel encuentro con Independiente. Cinco días después fue titular frente a Emelec por la Copa Libertadores y a la semana siguiente volvió a estar desde el arranque, contra Melgar. Pero el sábado 20, en la última práctica previa al partido contra Gimnasia para el que estaba concentrado, el delantero sufrió un problema en el aductor de la pierna izquierda y estuvo otras dos semanas al margen.
Julio 2017: Esguince en la rodilla izquierda
Una vez que los problemas en la rodilla derecha eran cosa del pasado y las dolencias musculares habían quedado atrás, en junio del año pasado el mendocino finalmente pudo empezar a ganar continuidad: jugó en los cuatro partidos del torneo local del mes (en tres ingresó desde el banco y en uno fue titular), convirtió su primer gol con la banda roja (frente a Racing) y en el último encuentro oficial del semestre, el 4 de julio contra Guaraní por la Libertadores, marcó nuevamente. Parecía que llegaba el despegue, pero durante un entrenamiento de pretemporada en Estados Unidos el punta sufrió un esguince en la rodilla izquierda. Y si bien en un primer momento el cuerpo médico del club informó que el problema no era "de los graves", el calvario volvía a empezar.
Agosto 2017: La segunda operación
Menos de 10 días después del esguince, Larrondo volvió a trabajar a la par de sus compañeros y los pronósticos alentadores parecían cumplirse. Sin embargo, el 5 de agosto el club informó que el atacante tenía una sinovitis en la rodilla izquierda y 48 horas después se confirmó que debía ser sometido a una nueva artroscopía -esta vez en la otra pierna- por un síndrome meniscal. Según las estimaciones, el tiempo de recuperación iba a ser de entre dos y tres meses.
Noviembre 2017: La tercera operación
Cuando se cumplieron los plazos estipulados para la rehabilitación tras la intervención quirúrgica, Larrondo parecía estar por el buen camino y en la última semana de octubre se sumó a los trabajos con sus compañeros. Sin embargo, los dolores volvieron a aparecer casi de inmediato y el 1 de noviembre los médicos sometieron al jugador a una nueva artroscopía en la rodilla izquierda para limpiar la zona, con el objetivo de que estuviera en condiciones para realizar la pretemporada de verano.
Enero 2018: El edema óseo
Tras el fin del año, el mendocino viajó a la pretemporada en Estados Unidos con el objetivo de recuperar su mejor forma. Y aunque no jugó en ninguno de los amistosos de la pretemporada para no apurar ningún tiempo, en River estaban contentos con su estado de forma y hasta lo consideraban casi como un refuerzo para el semestre que vendrá. Por eso, la noticia de esta nueva lesión cayó como un baldazo de agua fría: ahora en Núñez nadie se anima a dar una fecha estipulada para su regreso.
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