Bernabé Leyenda

Fue uno de los más destacados goleadores de Sudamérica en los años 30 y uno de los grandes en la historia del fútbol argentino, a lo largo de su carrera deportiva fue apodado "El mortero de Rufino" por la gran potencia de sus pelotazos y "La fiera" por su espíritu fue la primera gran estrella que tuvo River  y uno de los primeros jugadores de la era profesional del fútbol argentino en alcanzar gran popularidad. Actuó en cuatro películas, fue mencionado en tangos y en su ciudad natal hay un club deportivo y una calle que llevan su nombre.

Según la IFFHS convirtió 232 goles en 228 partidos en torneos de Primera División, alcanzando un promedio de 1.01 gol por partido, al igual que Valeriano López y Arthur Friedenreich, los únicos tres futbolistas de Latinoamérica que convirtieron más tantos que encuentros disputados.

Bernabé Ferreyra jugaba como centrodelantero, ya que por entonces las camisetas no llevaban números y se distinguía a los jugadores por su ubicación. El futbolista argentino no sólo tenía potencia en su tiro sino que también se destacó por su inteligencia a la hora de repartir el juego y por gambetear con rapidez. La crónica de la época hace constar que la mayoría de sus goles era el resultado, más que de la fabulosa fuerza de su remate, de su velocidad mental y su acción resuelta para liquidar una situación con el pelotazo inesperado



En el fútbol moderno, la industria, las marcas y la TV hicieron que los jugadores se parezcan cada vez más a estrellas de rock. Sin embargo, en los albores del profesionalismo en la Argentina, allá por los comienzos de la década de 1930, hubo un hombre que fue el antecesor de todos y marcó una época. La primera gran figura que fue más allá de la cancha para conquistar al público en general y mantiene el récord de ser el único futbolista en haber terminado su carrera con más goles que partidos. El gran artillero, el mito, el Mortero de Rufino.

Marcaba el rumbo en esos primeros años del fútbol profesional. Venía de hacer una gran inversión por Carlos Peucelle y la dirigencia apostaba fuerte por las figuras para jerarquizar al equipo. Fue la semilla del fútbol espectáculo moderno. Fue así que posaron sus ojos sobre el joven Bernabé, quien desde 1929 rompía redes en Tigre. Literalmente las rompía: su pegada era tan fuerte que una vez incluso desmayó a un arquero rival, durante una gira por Perú. Así es que se ganó su apodo: el mortero de Rufino.

Su llegada a River, que por entonces jugaba de local en la cancha de Alvear y Tagle, fue a cambio de 35 mil pesos, una cifra que ningún otro club había pagado hasta ese momento. Y fue por esas grandes inversiones que al equipo de la banda roja le empezaron a decir los Millonarios.


Gol de Bernabé a Boca.


Ferreyra se puso la camiseta por primera vez en 1932 y revolucionó el fútbol para siempre. En su debut, el 12 de marzo, clavó doblete frente a Chacarita y no paró más: terminó el año con 44 tantos en 33 partidos, una marca impresionante que ayudó a River a conseguir su primer título en la era profesional.



Ferreyra, con la pelota a sus pies, y el equipo campeón de 1932. Primer título profesional del Millo.


Entre 1932 y 1939, Bernabé disputó 185 partidos con River y convirtió ¡201 goles! Ganó dos títulos locales, cuatro copas nacionales y dos internacionales de la época, además de una Copa América con la Selección. Si bien figura noveno en la tabla de máximos artilleros del fútbol argentino, con un promedio de gol de 1,04, el único que tiene más conversiones que encuentros.
Tras su retiro, Bernabé fue empleado del club durante algún tiempo y falleció el 22 de mayo de 1972, hace exactamente 48 años. Tenía 63. Sus restos fueron velados en el hall central del Monumental y enterrados luego en el cementerio de su Rufino natal.

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