Se dice que los sueños están para cumplirse, vaya si sabe Enzo Pérez de eso en este ultimo tiempo. Confieso hincha de River desde siempre, ya que lleva su nombre en honor al gran Francescoli, comenzó a cumplirlos cuando movió cielo y tierra para poder arribar a Nuñez, donde días después se concretó su contratación.
Claramente, no todo terminaría allí, ya que debutaría oficialmente de titular frente a Guaraní con un Monumental desbordado de almas riverplatenses que lo ovacionó con un aplauso cerrado cuando le tocó ser reemplazado. Esta noche, frente a Instituto, Enzo se dio el lujo de seguir cumpliendo sus sueños de chico.
Ingresó a los 18 minutos de la segunda mitad, para acomodar el mediocampo del equipo que contaba con un jugador menos por la expulsión de Martínez. Luego de una gran proyección de Moreira en ataque posterior a un pase suyo, el paraguayo metió un pase atrás que encontró la derecha de Enzo quien la clavó en el angulo para poner el segundo gol del partido.
No lo dudó, lo había soñado, desde que daba sus primeros pasos como futbolista en su Mendoza natal, euforico y feliz gritó su gol y como no podía ser de otra manera, agarró el escudo, lo acercó a su boca, para poder concretar, el beso de sus sueños.
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